martes, 17 de agosto de 2010

COMO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS


14 de septiembre de 2008


En ocasiones creemos que hacer la voluntad de Dios es imposible para los hombres, pero esa es una percepción equivocada, y yo diría que es una justificación no válida para hacer lo que se nos ocurra, en donde se nos ocurra y cuando se nos ocurra.

Digo que no es valida la justificación, porque hay un HOMBRE, que fue limpio y sin pecado; usted tal vez pensaría: Ese hombre era Dios. ¡Claro que lo es! Y con este breve estudio procuramos aclarar los nubarrones que existen en ese sentido.

Jn. 1: 1-3, dice:

En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él, nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

Jn. 1: 14, dice:

Y aquel verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Filipenses 2: 6-8, dice:

El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

1 Timoteo 2: 5, dice:

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.

Para los que piensan que a Jesucristo le fue fácil hacer la voluntad del Padre, vamos a leer San Lucas 22: 41-44 y San Mateo 27: 46

De manera pues, que la palabra de Dios nos comunica que jesús vino a la tierra como hombre, padeció, sufrió, y murió como hombre. Esto quiere decir que Jesús pudo hacer la voluntad de Dios El Padre, en su condición de hombre, y esto es para que entendamos que todos los seres humanos podemos (sin justificación), hacer la voluntad de Dios, es decir, vivir bajo la obediencia a Dios.

¿Como logramos esto?

Escudriñando las ESCRITURAS (Jn. 5: 39), de este modo sabremos qué es lo que Dios quiere que hagamos, para así alcanzar la salvación y la vida eterna.

Así que, más que cualquier otra cosa, debemos ser obedientes hasta la muerte, porque esta es la voluntad del Padre.

A continuación les dejo una cita bíblica, para reflexión.

1 Samuel 15: 22

Hasta el próximo comentario.

Por: Obed Pichardo.-

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