ETERNA, ES TU DECIDES |
Nuestras decisiones marcan nuestras vidas, una decisión puede ser
definitiva, o de acuerdo al momento por el que atravesamos, es decir,
coyuntural; pero bien, dentro de estas, se encuentran las de mayor o menor
impacto, o importancia, nuestra vida depende de las decisiones que tomamos; con
esto decimos, que tenemos la libertad y el derecho de tomar las decisiones que
entendemos apropiadas, aunque esto no quiere decir que todas nuestras
decisiones sean atinadas, o correctas.
Hay verdades absolutas de las que se derivan decisiones que son
determinantes para el ser humano, cuando decimos que hay verdades absolutas,
nos referimos, en este caso, a la que todos conocemos como la muerte, pero, ¿Que
es la muerte?; Podríamos decir de un modo simple y elemental, que la muerte es
el final de la vida, o dejar de existir; pero, ¿Que ocurre luego de morir?
Esta en nosotros la decisión de creer o no en Jesucristo, quien es el dador
de la vida (Juan 14:6).
Las Escrituras declaran que el que no cree en el hijo de Dios ya ha sido
condenado a la muerte eterna, pero el que cree, no ha sido condenado (Juan
3:18).
Luego de morir, esto es lo que sucederá: De cierto, de cierto les digo:
viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del hijo de Dios; y
los que la oyeren vivirán (Juan 5:25).
No se maravillen de todo esto; porque vendrá la hora cuando todos los que
están enterrados oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a
resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, resucitaran para ser
condenados (Juan 5:25-29).
Porque el mismo Señor, con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los que murieron creyendo en
Jesucristo, resucitaran primero (1 Tesalonicenses 4:16).
Queremos aclarar que creamos o no en Jesucristo, le veremos en el día del
juicio, toda la humanidad lo verá, creámoslo o no, unos para vivir eternamente
con Él, y otros para muerte eterna ( Apocalipsis 1:7).
La muerte entro por un hombre, Adán, y así pues la vida eterna (la
salvación) entro por el hijo del hombre, Jesucristo (1 Corintios 15:20-24).
En definitiva, la decisión de morir o de vivir eternamente, está en
nosotros.
Hasta el próximo comentario.
Obed Pichardo.
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