14 de septiembre de 2008
En ocasiones creemos que hacer la voluntad de Dios es imposible para los hombres, pero esa es una percepción equivocada, y yo diría que es una justificación no válida para hacer lo que se nos ocurra, en donde se nos ocurra y cuando se nos ocurra.
Digo que no es valida la justificación, porque hay un HOMBRE, que fue limpio y sin pecado; usted tal vez pensaría: Ese hombre era Dios. ¡Claro que lo es! Y con este breve estudio procuramos aclarar los nubarrones que existen en ese sentido.
Jn. 1: 1-3, dice:
En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él, nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Jn. 1: 14, dice:
Y aquel verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Filipenses 2: 6-8, dice:
El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
1 Timoteo 2: 5, dice:
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
Para los que piensan que a Jesucristo le fue fácil hacer la voluntad del Padre, vamos a leer San Lucas 22: 41-44 y San Mateo 27: 46
De manera pues, que la palabra de Dios nos comunica que jesús vino a la tierra como hombre, padeció, sufrió, y murió como hombre. Esto quiere decir que Jesús pudo hacer la voluntad de Dios El Padre, en su condición de hombre, y esto es para que entendamos que todos los seres humanos podemos (sin justificación), hacer la voluntad de Dios, es decir, vivir bajo la obediencia a Dios.
¿Como logramos esto?
Escudriñando las ESCRITURAS (Jn. 5: 39), de este modo sabremos qué es lo que Dios quiere que hagamos, para así alcanzar la salvación y la vida eterna.
Así que, más que cualquier otra cosa, debemos ser obedientes hasta la muerte, porque esta es la voluntad del Padre.
A continuación les dejo una cita bíblica, para reflexión.
1 Samuel 15: 22
Hasta el próximo comentario.
Por: Obed Pichardo.-
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